
En una nueva edición de Aguaitando, conversamos con el médico psiquiatra Juan Carlos Ocampo, especialista en niños, para comprender por qué es importante ocuparse de la salud mental en la población más joven: los niños y adolescentes.
La salud mental en los niños, niñas y adolescentes significa un reto, debido a la naturaleza de esta población, que se encuentra en constante desarrollo y evolución. Ante ello, la columnista de EnConsulta.pe Amire Ortizen, durante la última edición de su programa Aguaitando, conversó con el médico Juan Carlos Ocampo, quien expresó que, en cuanto a la salud mental de niños y adolescentes, las necesidades que estos enfrentan son muy variables e insatisfechas.
Según explicó, el perjuicio a causa de las medidas políticas por la pandemia, como el confinamiento y quedarse recluidos en el hogar, han traído consecuencias.
“Tanto así que, en las encuestas de salud mental para estas poblaciones específicas, más del 35% de niños pequeños ya ha sido categorizado como niños en riesgo, pero lo mismo sucede con la población de 6 a 11 años o la población de 12 17 años, de los cuales más del 30% ya son categorizados como población en riesgo a presentar problemas de salud mental de tipo emocional, de tipo conductual, de tipo tensional”.
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Señales de alerta
El psiquiatra comentó que, en esta población específica, la atención de la salud mental se encuentra aún más estigmatizada, por lo que es importante que los padres, al identificar ciertas conductas, busquen ayuda profesional.
“Depende mucho del acercamiento que tengamos hacia ellos. A veces no podemos reconocer lo que no vemos, por lo tanto, los padres periféricos, ausentes, van a tener dificultades. Pero cuando uno se aproxima al hijo notará que los cambios son emocionales, como la irritabilidad, para dormir, una inquietud motora, agresividad, conflictos dentro de la propia familia o situaciones tan poco atendidas como orinarse. Estas son algunas de las manifestaciones más comunes que recogen las encuestas como datos a tomar en cuenta”.
Otro ámbito en el que se puede visibilizar los problemas emocionales de los niños es la escuela, desde el bajo rendimiento académico hasta el no querer ir al colegio con pretextos. “Estas también son manifestaciones que podrían hablarnos de problemas en la salud mental de gran variabilidad”, comentó.
En este espacio, el rol de los profesores es también crucial, porque son quienes conviven con los menores y pueden identificar conductas de riesgo. “Las situaciones de inestabilidad emocional en los niños a veces se reflejan, por ejemplo, en la agresividad del bullying. Y detrás del bullying puede haber una serie de problemas familiares, sociales, individuales, que son importantes ser tratados, porque hará que se rompa este círculo vicioso y podamos ayudar en problemas de salud mental a nuestra población escolar”, concluyó.