
Este fin de semana se celebran elecciones presidenciales en Colombia, por este motivo, el investigador Andrés Vecino comentó en “Salón Verde” los riesgos que pueden traer la implementación de propuestas radicales en el sector salud.
Este domingo 29 de mayo, los colombianos y colombianas asistirán a las urnas para elegir a un nuevo presidente por los próximos cuatro años. De momento, la balanza se inclina prácticamente hacia dos candidatos, Gustavo Petro, representante de la izquierda y quien parte como favorito en las encuestas, y Federico Gutiérrez, representante de la derecha. Rodolfo Hernández, la opción de centro, se ubica en el tercer lugar de la intención de voto y también podría tener alguna chance de pasar a segunda vuelta.
En este contexto de polarización política, el investigador y docente de la universidad Johns Hopkins, Andrés Vecino, en el programa Salón Verde, conducido por Víctor Zamora, cuestionó las propuestas en salud pública de los candidatos, las mismas que proponen grandes cambios en el sector. Este tema es de suma relevancia para el Perú, debido a que países como Colombia, Chile y Brasil, son referentes en políticas de salud pública en la región.
“La mayoría de los candidatos están proponiendo cambios específicos a problemas como la fragmentación, por ejemplo. Cambios muy importantes en cuanto a la territorialización del cuidado (…) Que haya responsabilidades y rendición de cuentas de un médico de cuidado primario acerca de una zona geográfica específica. Pero hay uno de ellos que lo que pretende hacer es eliminar a los aseguradores, pasar a un sistema de aseguramiento global y ese tendría a favorecer a los proveedores públicos. Sin embargo, el 70% de la provisión en Colombia es privada. Esto genera alarmas y dificultades en cómo se va a discutir esta reforma si esta persona (Gustavo Petro) llegara a ganar.”, menciona el especialista.
Mira la entrevista completa aquí:
En la actualidad, Colombia actualmente invierte cerca del 5.5 % del PBI en sus servicios públicos, a comparación del Perú que no supera el gasto del 3.1 % del PBI. Esto se refleja, por ejemplo, en servicios elementales de salud. En ciudades como Bogotá y Antioquia hay cerca de 2600 unidades de cuidados intensivos, mismo número de unidades que hay en todo el Perú. Bajo este contexto, ¿qué tan conveniente es que un país con un sistema de salud “sostenible” pase a la administración de un fondo único?
“El sistema único, en principio, es un sistema que tiene sentido, pero tiene sentido cuando tienes una población que tributa suficientemente grande como para sostener al sistema. Si no la tienes, es a través de contribuciones que se va a poder mantener financieramente un sistema tan generoso. Hay un riesgo de lanzarse a hacer un fondo único sin tener los mecanismos de recolección de esos recursos. Por otro lado, particularmente el candidato del Pacto Histórico (liderado por Gustavo Petro) múltiples veces ha mencionado que las aseguradoras constituyen intermediarios, pero esa intermediación tiene un valor que es el de tratar de balancear entre lo que es el cuidado más allá del necesario y proveer el cuidado apenas necesario para que las personas tengan mejores desenlaces en salud. Ese es un tema difícil de hacer. Eso no necesariamente puede estar solamente a cargo de los médicos, desafortunadamente. Por esta razón, se requiere que otra organización que tenga un riesgo involucrado ahí, tenga la capacidad de regular que cuidado es aceptable y que cuidado no lo es. A veces, se van por el otro lado y eso genera muchas molestias”, agregó.
Finalmente, Vecino señala que sea cual sea el desenlace electoral en Colombia no ve a ningún candidato con “capacidad política” para ejecutar un cambio tan radical en la cartera de salud. El especialista hace énfasis en tres aspectos que haría inviable un fondo único de administración de los servicios médicos.
El primero se debe a una falta de apoyo en el Congreso, esto debido a que hay “un crecimiento en los partidos políticos tradicionales que suelen estar en contra de este tipo de reformas”. El segundo tiene que ver con la gobernanza de actores. Esta propuesta no solo alienta a la eliminación de las aseguradoras, sino también lleva a las empresas privadas a depender económicamente únicamente del Estado. Por último, existe un consenso de especialistas técnicos de salud que señalan que “la mejor ruta es tratar de mejorar lo que hay y no tratar de reformarlo todo”.
Una reforma de este tipo no solo genera grandes costos, también lleva a incertidumbres y riesgos de que una gran proporción de la población quede, eventualmente, sin cobertura de salud. “Hace falta una visión de eficiencia en el sistema y eso quizá ha faltado en la discusión de esta reforma”, concluyó.