
Los adolescentes siempre hacen ejercicio, el normal o el de alta competencia, y su alimentación está controlada absolutamente por el equipo al que pertenecen. Pero en el caso de prácticas deportivas más modestas como las que realizan la mayoría de los chicos o chicas, deben ser ellos mismos, ayudados por sus padres, los que se ocupen de que sus comidas sean las más adecuadas.
Muchos deportistas necesitan mantener un peso concreto, eso ocurre en algunas disciplinas gimnásticas o en artes marciales, por ejemplo. Pero el cuidado de la alimentación, incluso cuando se practican esos deportes, va mucho más allá de mantener un cierto peso.
Comer sano y de forma adecuada al tipo de ejercicio que se practica, ayudará a los chicos y chicas a mejorar su nivel deportivo porque aumenta su resistencia física, les permitirá obtener mayor concentración mental y un estado de ánimo más adecuado para la competencia.

El día del partido, permanecer hidratado es lo más importante que puede hacer por su rendimiento. Durante una actividad física, puede perder rápidamente agua cuando suda, y recordemos que casi el 60% del cuerpo está compuesto de agua.
No espere a sentir sed para beber, ya que la sed puede ser una señal de que ya está deshidratándose. Consumir una bebida, al menos, cada 15 a 20 minutos es una buena regla general, pero no beba tanto como para sentirse muy lleno.
Si su evento dura menos de una hora, el agua es suficiente para reemplazar lo que ha perdido con la sudoración. Si está compitiendo durante un período más prolongado, es posible que los electrolitos y carbohidratos adicionales que se encuentran en las bebidas deportivas lo beneficien. Mientras compite, evite algunas bebidas energéticas que contienen cafeína, ya que la cafeína puede empeorar la deshidratación y hacerlo sentir nervioso o ansioso.
Intente consumir una comida previa al partido, de dos a cuatro horas antes de su evento. Una buena comida, por lo general, es más alta en carbohidratos complejos y más baja en proteínas y azúcar. Evite los alimentos pesados y grasos, que pueden ser más difíciles de digerir y provocar malestar estomacal. A muchas personas les resulta útil evitar los alimentos una hora antes de un evento deportivo, ya que el proceso de digestión requiere energía.