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02/12/2023

Iniciamos nuestras reflexiones en esta columna tratando un tema que nos parece crucial: la relación entre ciudadanía y salud. Pese a que, desde el Estado, hubo intentos de conjugar ambos conceptos armónicamente, estos han sido totalmente insuficientes, por lo que es una tarea pendiente.

El concepto de ciudadanía ha ido evolucionando desde que los griegos la inventaron[1], pero siempre ha estado íntimamente ligado al de derecho y al de pertenencia a una comunidad; por lo tanto, su evolución semántica ha dependido de la de estos dos últimos. En los inicios de lo que hoy conocemos como Estado, los derechos eran excluyentes (solo de unos cuantos) Con las revoluciones sociales, pero sobre todo, a partir de la francesa de 1789, estos fueron concebidos como universales dado que son atributos de la especie humana[2], estableciéndose dos tipos de derechos: los políticos (derecho a participar en las decisiones en los asuntos públicos) y los civiles (disfrute de derechos privados). Con la revolución bolchevique de 1917, estos derechos se ampliaron a los denominados sociales (derecho a la educación, salud, justicia, etc.) En la era contemporánea, esta evolución ha transitado a nuevas categorías de derechos vinculados a las mujeres, el género[3], los jóvenes, lo cultural[4], etc. En el Perú, la garantía de estos derechos ha sido incorporada como derecho universal de manera tardía: el de las mujeres recién a partir del año 1955 y el voto universal recién en la constitución del año 1979, estando aún muy rezagados por aceptar varios de estos últimos, vigentes en muchos países del mundo.

De otro lado, la comunidad es fundamentalmente un modo de relación social, un modelo de acción Intersubjetivo construido sobre el afecto, la comunidad de fines y valores, los que pueden expresarse a través de la lealtad, reciprocidad, solidaridad; todo ello no necesariamente debe ser anclada a un territorio, sino que sus linderos se definen a través de las peculiaridades que comparten cada uno de los integrantes de dicha comunidad y que, por estar localizados en algún lugar, pueden definir un territorio especifico[5]. La pertenencia a una comunidad depende de cómo una sociedad, o un grupo social, entiende o está en condiciones de aceptar el sentido de pertenencia. En nuestro país, las élites que poseen los mecanismos del poder de manera fáctica, desde los inicios de la república, con pocas interrupciones y escasos cambios sustantivos, han logrado imponer su sentido de pertenencia a una comunidad exclusiva y excluyente, construyendo un Estado funcional a sus intereses, en perjuicio de las mayorías excluidas, las cuales tienen trabas “estructurales” para acceder a derechos que se suponen son universales. En consecuencia, se generaron distintos tipos de ciudadanía en un mismo espacio temporal, dando origen a ciudadanos de primera y segunda categoría. El acceso pleno a trabajo digno, a servicios de salud o educación de calidad, a justicia ciega y equilibrada, al libre albedrío, etc., es, sigue siendo, patrimonio de los primeros y un sueño pendiente de realización para los últimos.

Por último, para fines de este análisis y de las próximas entregas, ciudadanía es la pertenencia a una comunidad política organizada, la que se juzga en función del disfrute por parte de los individuos de los derechos civiles, políticos, sociales, garantizados por el respectivo Estado, pero que también implica conferir ciertas obligaciones para que dichas garantías sean plenas[6].

Considerando que la salud es un derecho, entonces es inherente a la generación de ciudadanía. En la próxima columna analizaremos la relación entre ciudadanía y salud en el Perú.


[1] Agustín Horacio Parissé, La ciudadanía como construcción histórico- social y sus transformaciones en la argentina contemporánea. Nómadas. Revista Crítica de Ciencias Sociales y Jurídicas. 26 (2010.2)

[2] Yanira Zúñiga Añazco, Ciudadanía y género. Representaciones y conceptualizaciones en el pensamiento moderno y contemporáneo. Revista de Derecho Universidad Católica del Norte Sección: Estudios Año 17 – Nº 2, 2010 pp. 133-163

Disponible en: https://scielo.conicyt.cl/pdf/rducn/v17n2/art06.pdf

[3] Ibid

[4] Jorge Benedicto y María Luz Morán. Aprendiendo a ser ciudadanos. Instituto de la Juventud, Consejería Técnica de Planificación y Evaluación. Madrid, 2003.

[5] Samuel Esteban Padilla, Ensayo sobre el concepto de Comunidad. Disponible en:

https://repositorio.cuc.edu.co/bitstream/handle/11323/2502/Ensayo%20sobre%20el%20Concepto%20de%20Comunidad.pdf?sequence=1&isAllowed=y

[6] Yanira Zúñiga Añazco, ibid.

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